La organización anarcosindicalista CGT en el del grupo Marktel –empresa dedicada al marketing telefónico a través de sus delegaciones en Madrid, Valencia y Elvas (Portugal), con cerca de 1.400 empleados en España- denuncian abiertamente la política laboral de la empresa. Este grupo ofrece los servicios de atención al cliente de “Vodafone, ONO, Jazztel, Bankia, Aigües de València, Gas Natural i Sanitas “.
Despidos de trabajadores mientras se encuentran de baja por enfermedad; rescisiones de contrato en las que se alega una productividad escasa, y persecución de los delegados sindicales son algunas de las vulneraciones señaladas por CGT en las concentraciones convocadas en las puertas de la empresa en Valencia, donde trabajan 700 empleados en Marktel Teleservicios SL y Marktel Servicios de Marketing Telefónico SA. Aseguran los sindicalistas que las próximas movilizaciones se producirán, si no hay cambios por parte de la empresa, ante las sedes de Vodafone-Ono, cliente de Marktel.
Algunos de los empleados señalaban los mecanismos de presión ejercidos por la compañía: “Por un lado están los teleoperadores que hacen su trabajo, y por otro el sistema de mandos intermedios y coordinadores que presionan, por órdenes que reciben de la dirección”. Utilizan, añade esta fuente, la amenaza directa: “Si no vendes te vas a ir de la empresa… Piensa en tus hijos”, ha llegado a escuchar alguno de los empleados.
Los sueldos permanecen congelados desde 2009. Además, una de las prioridades para la dirección de Marktel es la aprobación de un convenio colectivo (específico para la empresa) por debajo del establecido para el sector. Con tres años de antigüedad en la compañía, Francisco Bayona, delegado sindical de CGT, ha sido sancionado por la empresa en dos ocasiones. La primera, en noviembre de 2014, después de una reunión con Recursos Humanos para pedir el establecimiento de una pausa para que los trabajadores pudieran ir al baño. La jefa de Recursos Humanos le anunció que la empresa le estaba preparando una “carta” y que no se "quejara" tanto. El sindicalista se dirigió a la Inspección de Trabajo para comunicar la amenaza. A los cinco días se le remitió una sanción de cinco días de empleo y sueldo, además de una falta “muy grave”.
El 4 de junio le llegó a Francisco Bayona la segunda sanción. Califica los argumentos empleados por la empresa como “vagos”, con el fin de justificar “deficiencias en la atención al cliente”. ¿A qué causas responden estas penalizaciones? “Hasta que fui elegido delegado sindical, en las elecciones de julio de 2014, nunca tuve problemas”, comenta Bayona. Dos días antes que se celebraran las elecciones sindicales, el coordinador le propuso una reducción de jornada, pese a que pocos días después seis personas entraran a trabajar en la empresa. Se le dijo asimismo que tenía que cambiar los días de vacaciones y el turno de trabajo (trabajaba por la mañana con el fin de poder estudiar por las tardes). Tiene claro que la catarata de modificaciones en su relación con Marktel obedece a “represalias”. Las mismas que han sufrido por su condición de sindicalistas, aseguran, otros tres delegados de CGT y tres de UGT (de los que dos han sido despedidos).
Pepa Vañó, delegada sindical de CGT y trabajadora de Marktel durante más de diez años, subraya el efecto que han tenido –desde septiembre de 2014- los cambios en la composición del comité de empresa. En las dos sociedades de Marktel en Valencia, se ha configurado una mayoría de CGT y otra, también “reinvindicativa”, del binomio UGT-CGT (matiza sin embargo que en Marktel hay una tradición de represión sindical, que también afectaba a los comités de empresa anteriores). “Cuando entramos en el comité, explica Pepa Vañó, la empresa nos planteó un convenio inferior al del sector, que no sólo mantenía la congelación salarial de 2009, sino que la prolongaba hasta 2018”. La excusa era la crisis económica.
La sindicalista de CGT fue sancionada en mayo por primera vez (dos días de empleo y sueldo) en una década. “Dicen que me llevé un documento confidencial”. Pero se trataba de un documento sin cuño de la empresa sobre normas internas de conducta, que se podía copiar y repartir, asegura. El problema reside en que “no me callo y le pido a la empresa que cumpla con sus obligaciones; además solicito por escrito los papeles, cosa que no les gusta”.
Desde septiembre demanda a la empresa la documentación que, según la legislación laboral, se le debe facilitar al comité. “Nos la dan a cuentagotas”. Por ejemplo, el balance de cuentas según el Registro Mercantil; o el contrato de Marktel con la empresa cliente, Vodafone-Ono. Como delegada de Prevención de Riesgos, también pide el cambio de los micrófonos, por razones de higiene. Subraya Pepa Vañó la importancia de una medida de fuerza como las sanciones: “Tres meses de empleo y sueldo implica que una persona, con hipoteca e hijos a su cargo, se vea obligada a llegar a un acuerdo para salir de la empresa; esto supone un mecanismo de presión muy fuerte, y la compañía lo sabe”.
Persecución sindical contra la CGT
Por todo ello la Delegada de CGT fue despedida el pasado 10 de junio, el despido se comunico en estando de vacaciones, aun así la delegado acudió a un acto de conciliación con la empresa y a la salida se le entrego la carta de despido.
La empresa en Valencia ha contratado un defectivo para segur a todos los delegados de la CGT ( SOLO A LOS DE ESTE SINDICATO, A LOS OTROS NO), asi consta en la comunicacion de despido, con seguimientos que van mas halla de su jornada laboral.
Por otra parte como forma de manipular a los trabajadores, Aparece en pleno conflicto una dudosa «asociación de trabajadores» esta «Asociación de trabajadores de Marktel» que no consta en el registro de asociaciones, ni forma parte del comité de empresa, además de su silencio absoluto mientras se producen despidos y sanciones, solo aparece para defender a la empresa y difamar las acciones sindicales de la CGT, que es único sindicato activo.
Es mas que probable que dicha «asociación» la formen los mismos responsables de la empresa o algunos encargados con privilegios y que ven peligra sus interés personales y que ahora se disfrazan de «trabajadores sindicalistas»
Edemas, la empresa ha contratado un seguridad en exclusiva para que este cuando se produzcan las concentraciones de CGT.
Uno de los casos más extremos es el despido de trabajadores que se encuentran de baja por enfermedad, en los que Marktel emplea además el argumento de la productividad escasa. CGT ha contabilizado al menos una decena de casos a partir de septiembre de 2014, en los que ha emprendido acciones judiciales. Un ejemplo es el de Ana María Barber Castillo. En una carta fechada el 14 de mayo de 2015, la compañía le notifica el despido “disciplinario” (la trabajadora se hallaba en baja por enfermedad desde un mes antes): “La causa que justifica esta medida es la falta de rentabilidad de su aportación al proceso productivo, lo que produce un coste muy elevado sin recibir ninguna contraprestación. Dado que se encuentra en situación de incapacidad temporal, y que no puede acudir al centro de trabajo, lo que supone un perjuicio económico para la empresa”.
“Así las cosas –continúa la Administración de Personal de Marktel- estamos ante un desequilibrio evidente de las bilaterales contraprestaciones de la relación laboral. Ese incremento injustificado de la onerosidad de su permanencia en la empresa justifica sobradamente esta extinción”.
A los despidos de trabajadores con la baja médica, se agregan otros en los que la empresa alega meramente la “baja productividad” o el “incumplimiento de objetivos”, despidos que según fuentes de CGT, se producen “continuamente”. El agravio comparativo por la productividad entre compañeros es uno de los mecanismos de presión utilizados por la compañía, añade el sindicato. A Sara Valero la despidieron en 2012 por “baja productividad”, demandó a la empresa y logró la readmisión. En agosto fue sancionada, “yo creo que por sindicalista”. Destaca dos puntos oscuros de la compañía: la precariedad a la que conduce toda la contratación “por obra y servicio” (hay trabajadores con ocho años de antigüedad con estos contratos) y el retraso en el pago de las nóminas.
El sector del tele-marketing despunta por las denuncias de precariedad, abusos y explotación laboral.
En el apartado que Marktel denomina en su página Web “ética empresarial”, figura el patrocinio del Proyecto “Discatel” con el Real Patronato de Discapacidad y otras entidades, o las actividades de la Fundación Progresa “para el mejoramiento social y cultural”, en la que se apoya el acceso al trabajo de personas discapacitadas, así como mujeres mayores de 45 años y jóvenes desempleados. “Iniciativas socialmente responsables y basadas en una gestión de ética empresarial”, sostiene la compañía de tele-marketing. nada mas alejado de la realidad las políticas deMarktel pasan por coaccionar a sus trabajadores, despedirlos si toman la baja, muchas de ellas, mujeres, madres trabajadoras que se ven coaccionadas, con tácticas que rozan lo mafioso, y que se ven entre la espada y la pared, de claudicar con los abusos o no poder alimentar a sus hijos.
La imposición de un convenio precario
Pero la raíz de todo, es que la empresa quiere un convenio propio en Marktel SL, este convenio esta muy por debajo del comedio estatal de telemarketink , conocido ahora como Call Center, este convenio reduce salarios y deja pie a despidos que serian procedentes, en caso de lo que la empresa entiende como baja productividad, legaliza el abuso.
Este convenio ya se firmo en Marktel SA, junto a una congelación salarial, ahora el grupo pretende trasladarlo a Marktel SL, asi la empresa podrá oferta servicios mas baratos que la competencia, eso si a costa de los derechos y salarios de los trabajadores.
El problema que hasta la fecha, la CGT tiene mayoría en Marktel SL por lo tanto no pueden conseguir la firma de dicho convenio, por eso buscan el despido de los delegados de CGT, es decir quitarse a los delegados y trabajadores mas luchadores, mediante el acoso, la difamación, el abuso y finalmente el despido. Dejando un tierra quemada, con otros sindicatos que no presentan batalla y firman, lo firmaran todo.
Como era de esperar, el moderno negocio del Telemarketing o Call Center, es llevado con mano férrea a través de una Fundación (Marqués de Vivanco) que viene recuperando en la práctica, en pleno siglo XXI, las viejas medidas explotadoras propias del capitalismo del siglo XIX:
De este modo, las personas que trabajan para Marktel Teleservicios SL y Marktel Servicios de Marketing Telefónico SA -las empresas de Grupo Marktel en Valencia- no solamente sufren ritmos de trabajo insostenibles, vulneraciones constantes de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, retrasos sistemáticos en el abono de las nóminas, doble escala salarial basada en aplicación de diferentes convenios, congelación de sueldos desde el año 2009 ... sino que son sometidas a una presión constante radicada en la amenaza y el temor.
En la precariedad y al abuso como norma, hay que sumarle el desamparo de facto que supone el nulo respeto al Estatuto de los Trabajadores y en la Ley Orgánica de Libertad Sindical. De esta manera, además de normalizar a partir de 2014 los despidos durante bajas laborales alegando "escasa productividad", los representantes de los Comités de empresa, en los que CGT y UGT poseen la mayoría, son perseguidos con especial virulencia en los últimos meses.